Que las ruedas se muevan: antes de empezar a limpiar la bici es conveniente colocarla en un lugar en el que las ruedas de puedan girar, para poder lavarlas concienzudamente.
Sin mucha fuerza: el primer paso de limpieza es mojar la bici con una manguera desde 50 a centímetros de distancia, sin excesiva presión ya que se corre el riesgo de estropear pegatinas e incluso la pintura.
Cuidado con las zonas delicadas: no se debe apuntar directamente a partes de la bici como la unión del asiento al cuadro, el eje de centro o las palancas de cambio y freno.
Dos cepillos: un cepillo de cerdas largas y suaves y remojado en jabón con abundante espuma sirve para el cuadro, la tijera, la suspensión, etc. Hay que ser cuidadoso con zonas como las llantas, salpican tierra y lodo, y con las horquillas de los frenos. Como los frenos son un área difícil, soltándolos el cepillo entrará mejor de manera que se podrá limpiar todo el sistema incluyendo gomas. Con un cepillo de cerdas cortas y duras se terminarán de limpiar zonas más delicadas. Haciendo girar los pedales se elimina el exceso de tierra y aceite que la cadena deja a su paso al rodar. Algo muy importante que no hay que olvidar es revisar que las poleas del cuadro trasero no estén sucias.
Secar y lubricar: una franela limpia sirve para secar la bici y retocar puntos o partes que el cepillo no haya podido eliminar. Asegúrese de secar y lubricar todos los cables, tanto de freno como de cambios. Estos pueden ser lubricados cambiando las velocidades de la mas grande a la más pequeña y después en sentido contrario, de esta forma los cables entran y salen. Para la lubricar la cadena lo mejor es colocar una gota en cada eslabón y girar los pedales hasta que se aceite toda la cadena.
Sin mucha fuerza: el primer paso de limpieza es mojar la bici con una manguera desde 50 a centímetros de distancia, sin excesiva presión ya que se corre el riesgo de estropear pegatinas e incluso la pintura.
Cuidado con las zonas delicadas: no se debe apuntar directamente a partes de la bici como la unión del asiento al cuadro, el eje de centro o las palancas de cambio y freno.
Dos cepillos: un cepillo de cerdas largas y suaves y remojado en jabón con abundante espuma sirve para el cuadro, la tijera, la suspensión, etc. Hay que ser cuidadoso con zonas como las llantas, salpican tierra y lodo, y con las horquillas de los frenos. Como los frenos son un área difícil, soltándolos el cepillo entrará mejor de manera que se podrá limpiar todo el sistema incluyendo gomas. Con un cepillo de cerdas cortas y duras se terminarán de limpiar zonas más delicadas. Haciendo girar los pedales se elimina el exceso de tierra y aceite que la cadena deja a su paso al rodar. Algo muy importante que no hay que olvidar es revisar que las poleas del cuadro trasero no estén sucias.
Secar y lubricar: una franela limpia sirve para secar la bici y retocar puntos o partes que el cepillo no haya podido eliminar. Asegúrese de secar y lubricar todos los cables, tanto de freno como de cambios. Estos pueden ser lubricados cambiando las velocidades de la mas grande a la más pequeña y después en sentido contrario, de esta forma los cables entran y salen. Para la lubricar la cadena lo mejor es colocar una gota en cada eslabón y girar los pedales hasta que se aceite toda la cadena.
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